Maximo
Gorki. “Alekséi Maksímovich Peshkov”
Título: DÍAS DE INFANCIA.
Colección: Escuchar con los ojos.
Editorial: “Siglo veintiuno” XXI
Costo: $75 Semillas de cacao en “FCE”
Maximo Gorki fue un autor sui generis, Un auténtico
trotamundos que pudo recorrer todo el imperio ruso siendo testigo de la miseria
humana y las enfermedades que consumían a las familias creando un entorno
social burdo y “enrarecido” por una economía endeble. Los personajes de Gorki
son humanos, crueles e irritables, hambrientos. - ¡harapientos! - llenos de problemas que los carcomen, pero,
sin embargo, no olvidan las risas que brotan como las brisas que desprende una
fogata en medio de la oscuridad. Estos son personajes que contrastan unos de
otros, sus acciones “morales” y vivenciales se yuxtaponen por toda la novela, y
es que es debido a que el autor describe su entorno de una forma clara y
abierta, estas en ocasiones llegan a ser carentes de matices alegres y estar en un plano brumoso.
En el libro “Días de infancia” Máximo Gorki da inicio a una
trilogía imperdible, ya que la continuación de este libro seria. “Por el mundo”
seguida de “Mis universidades” creando
una triada perfecta de la vida del autor. Si es que deseas leer a un autor demasiado
realista “Alekséi Maksímovich Peshkov” sería un autor obligatorio en tu pequeña
librería. El realismo de Gorki sobrepasa incluso al mismo Federico Gamboa
debido, en primera instancia en que el autor no realiza un ejercicio
imaginativo, sino todo lo contrario; Cuenta sus andares por el mundo desde su
infancia hasta la muerte de sus dos únicos familiares, su abuelo iracundo y su
anegada “abuela”, Como si se tratara de un libro de “Memorias”. Todo lo recuerda
Alekséi en sus letras, para él, un niño descubriendo el mundo todo debe de
tener un sentido. - a veces ese sentido raspa el alma. - ya que desde sus primeros
“andares” comprende que la vida es dura.
“Me imagino a mí mismo en la infancia como en una colmena
en la que gentes sencillas, grises, iban depositando, igual que abeja, la miel
de su conocimiento e ideas acerca de la vida, enriqueciendo prodigas mi alma
con todo lo que podían. Con frecuencia la miel aquella era sucia y amarga, pero
de todos modos los conocimientos son siempre miel” Pp118.
En la última parte de este libro.
“un día después de la muerte de mi madre, mi abuelo dijo.
.-Bueno, Lexía, tú no eres ninguna medalla para que te lleve colgado del cuello; este no es tu
sitio; anda, vete por el mundo a ganarte
el pan.
Y me fui por el mundo”. Pp219.
Los andares de Gorki .- y sus letras.- son “territorios” que recomiendo leer en Las noches, de la mano de una taza de café o “Acurrucados”
en un rinconcito acogedor, debido a que las letras de él son objetivas y llenas
de un resentimiento mórbido, una frialdad de la que eres lector-testigo. Te sorprenderá
y te admira el hecho de como a pesar de las adversidades humanas, la gente aún
puede alzar el rostro y esbozar una sonrisa en su día a día.
Cinco “Suayedses” de calificación.
* * * * *